Dones ministeriales: El ministerio Quíntuple
EL MINISTERIO APOSTÓLICO
Y SU RELACIÓN CON LOS OTROS MINISTERIOS
La Plena restauración del ministerio apostólico nos ayuda a redefinir las funciones propias de cada uno de los otros cuatro ministerios restantes. En los últimos años estamos viendo una restauración del ministerio quíntuple. Cada ministerio, sin embargo, ha sido restaurado individualmente, y por lo general, se han expresad de una manera aislada y con cierto énfasis particular. Con frecuencia tales sobre énfasis han conducido a muchos excesos y extremos en la operación y práctica de cada don ministerial.
Con la restauración del ministerio del apóstol, ahora podemos redefinir el rol y función de todos los otros ministerios en el contexto y la conexión debida con los otros. Esto traerá un adecuado balance del trabajo entre todos los ministerios, en una perspectiva corporativa de sus funciones, más que en su énfasis particular. Esto quiere decir, que muchos de los excesos del día presente tienen que rehacerse. Muchos ministerios tendrán que ser reconstruidos en su propio contexto, sobre el marco de los propósitos para estos dones expresados en Efesios 4:11.
Necesitamos volver a establecer los fundamentos apostólicos para que se establezca una estrategia corporativa, en vez del monopolio particular de cada don. Hemos visto a menudo la manifestación de un ministerio particular en cualquier escenario. Cuán maravilloso será ver a los cinco ministerios funcionando en una misma plataforma en total armonía entre unos y otros. Esto no ha sucedido porque los equipos apostólicos no han emergido. Para ello, se requiere un apóstol para conducirlos. De esta manera cada uno de los otros ministerios deben ser estructurados y dirigidos para funcionar en total armonía con el apóstol y entre cada uno de ellos.
EL APÓSTOL Y EL PROFETA
Los apóstoles y los profetas son ministerios de fundamento. Ellos establecen el fundamento de Cristo y las verdades en los corazones de los creyentes. La combinación de estos ministerios provee una fuerza inusual a la iglesia local. Se diferencian en sus funciones, según el modelo neotestamentario:
Los apóstoles son constructores y establecen el fundamento para la vida de la iglesia, mientras que los profetas son predictivos y establecen directivas para vivir el reino de Dios.
Los apóstoles son hombres con una revelación de precisión y posición del creyente para que desarrolle su rol y sus funciones en Cristo, mientras que los profetas son hombres de revelación que actualizan los propósitos de Dios y desatan a los creyentes potenciales en Cristo.
Los apóstoles son edificadores de casas, ensamblando cada parte y cada columna en su lugar correcto, mientras que los profetas son inspiradores de esperanza, desafiando y motivando a todos los que se han involucrado en el plan de edificación.
Los apóstoles son obreros y entrenadores de los creyentes y del liderazgo, mientras que los profetas son proclamadores y motivadores.
Los apóstoles traen orden estableciendo una adecuada estructura apostólica, mientras que los profetas traen estabilidad, estableciendo la palabra y la revelación de Dios para su pueblo.
La esfera del ministerio de los apóstoles está confinada a aquéllos que están en relación con él, mientras que la esfera del ministerio de los profetas es para aquéllos que están o quieren una relación más estrecha con Dios.
Los apóstoles establecen y guardan la doctrina guiados por el Espíritu Santo, mientras que los profetas traen la revelación de la semilla de la verdad que más tarde llegará a ser doctrina apostólica.
los apóstoles confrontan a los creyentes con el consejo divino y práctico, mientras que los profetas confrontan a los creyentes con la revelación y espiritualidad divinas.
Los apóstoles trabajan para establecer el futuro y piensan en términos de permanencia, mientras que los profetas trabajan para establecer el presente. Ellos piensan en el impacto.
Los apóstoles establecen redes de iglesias para alcanzar regiones enteras, mientras que los profetas unen gente con una visión similar de los propósitos de Dios para cumplir destinos similares.
APÓSTOLES Y EVANGELISTAS
En Hechos 8 vemos que Dios levanta el ministerio del evangelista. Felipe fue un diácono en Jerusalem y Dios puso una agitación espiritual en su corazón para que descendiese a Samaria. Allí el Espíritu Santo introdujo a Felipe en el ministerio evangelístico con poderosas señales, maravillas y milagros de sanidad. Felipe el evangelista afectó profundamente con su mensaje la ciudad de Samaria. “Cuando la gente oía y veía las señales que hacía, escuchaba atentamente y de común acuerdo lo que Felipe decía.
Los apóstoles que estaban en Jerusalén, al oír que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan”. (Hechos 8:6.14). Los apóstoles Pedro y Juan se involucraron en la obra iniciada por Felipe, el evangelista. Esta sección muestra que apóstoles y evangelistas pueden trabajar juntos, complementarse y suplirse el uno al otro, para la extensión del reino de Dios.
Hechos 8 puede darnos claras indicaciones sobre los diferentes roles y funciones de ambos en el mover de Dios. Felipe penetró Samaria con la unción evangelística y con el poder del evangelio. Más tarde, los apóstoles consolidaron el trabajo. Los apóstoles vinieron a impartir en los creyentes hasta establecerlos como una comunidad de fe. Ellos hicieron lo que fue necesario hasta lograr que la iglesia conservase y propagara la Palabra del Reino. Esto va mucho más allá del concepto tradicional de reuniones y conferencias evangelísticas.
Observemos la diferencia entre apóstoles y evangelistas:
Los apóstoles levantan creyentes a un nivel de madurez, mientras que los evangelistas “dan a luz bebés”.
El fuego y el propósito del apóstol es establecer el Reino de Jesucristo, mientras que el evangelista está inflamado de una pasión por las almas perdidas.
El apóstol avanza a nuevos lugares y territorios para establecer nuevas congregaciones, mientras que el evangelista avanza a nuevos lugares y territorios buscando nuevas oportunidades para predicar el evangelio de Cristo.
El apóstol tiene la gracia sobrenatural para abrir los cielos para levantar gobierno en la iglesia, en una región, mientras que el evangelista tiene la unción sobrenatural para usar las llaves del reino para una cosecha de almas perdidas hacia la salvación.
El apóstol estructura la congregación y sus equipos para que llegue a tener una fuerte influencia en la ciudad, mientras que el evangelista desarrolla estrategias buscando un impacto inmediato en la ciudad.
El apóstol muestra milagros extraordinarios con la perspectiva de impactar la ciudad e incrementar influencia en la región, mientras que el evangelista se mueve con milagros con en su labor, que le abren puertas para ministrar en esa región.
A menos que el evangelista trabaje en un equipo apostólico mucho de los nuevos lugares ganados y la cosecha obtenida, correrán el riesgo de perderse. Los equipos apostólicos conservan la cosecha al consolidar a los creyentes y ubicarlos en la comunidad de fe, para consolidarlos.
LOS APÓSTOLES Y LOS MAESTROS
Los apóstoles así como los maestros, están equipados para desarrollar el don de la enseñanza. Este don de enseñanza está marcado por la revelación divina y una sobrenatural habilidad para traer la luz y la sabiduría de Dios, para vivir consistentemente la vida cristiana. Los apóstoles y los maestros enseñan la sana doctrina que establece a los creyentes en su fe y los equipa para servicios efectivos en la iglesia.
“Una buena enseñanza sana”, dice Kevin Conner, “ provee conocimiento (la posesión de los hechos de la verdad), entendimiento (La interpretación de la verdad) y sabiduría (la aplicación de la verdad).” “… y lo ha llenado del Espíritu de Dios, con sabiduría, entendimiento, conocimiento y toda habilidad de artesano…” (Éxodo 35:31).
Un buen maestro reclama por la aplicación de la Palabra en el estilo de vida de una persona hasta que ellos lleguen a ser epístolas vivientes, la palabra hecha carne (2 Cor. 3:2-3; Jn. 1:14). Los apóstoles desarrollan una muy efectiva enseñanza de las doctrinas y las verdades. Un apóstol tiene que ser un dotado maestro. Ahora veremos las diferencias entre los maestros en comparación con los apóstoles:
La enseñanza del maestro está construida sobre la base del fundamento de Cristo y el fundamento de las verdades establecidas por los apóstoles y profetas (Efesios 2:20). El maestro explicita las verdades fundamentales expuestas por los apóstoles y profetas.
Los maestros riegan la semilla de la revelación que es dada a los apóstoles y profetas. “como él quería viajar a Acaya, los hermanos le animaron y escribieron a los discípulos que le recibiesen. Cuando llegó allá, fue de gran provecho a los que mediante la gracia habían creído” (Hechos 18:27). Apolos refrescó y revivió a los creyentes a través del don de la enseñanza. Las semillas de la sana enseñanza viene de los apóstoles y profetas y los maestros son responsables para edificar lógica, práctica y espiritualmente alrededor de ella.
Los maestros convocan una congregación para enseñar a los creyentes, mientras que los apóstoles convocan una congregación para edificar a los creyentes.
Los maestros establecen creyentes individuales en su fe y servicio personal para Cristo, aún cuando ellos están enseñando a una congregación entera, mientras que los apóstoles establecen a cada individuo en el contexto de la vida y ministerio corporativos de la iglesia.
Los maestros parten de la palabra que fecunda e instruye al creyente, mientras que el apóstol parte de su propia vida y carácter para guiar a la gente.
Los maestros edifican a la gente a través de la Palabra y ellos son tutores que desean reproducir discípulos, mientras que los apóstoles edifican a la gente mediante relaciones, y como padres desean reproducir hijos para que haya continuidad apostólica.
APÓSTOLES Y PASTORES
El objetivo de una supervisión a las iglesias no es para proveer “cuidado pastoral” a los miembros, que están bajo la autoridad directa del presbiterio. Su propósito primario es promover una correcta clase de apoyo, sabiduría y consejos constructivos, para ayudar al presbiterio local a vigilar y hacer crecer a la iglesia, con mayor eficacia y eficiencia.
El apóstol no debe llegar a realizar la tarea de pastorear la iglesia local sino solamente en lo concerniente a la supervisión. El apóstol tiene que asegurar que cada iglesia local bajo su supervisión esté conducida por un presbiterio pastoral, conformado por un equipo de líderes confiables que gozan del pleno reconocimiento de la membresía. Los apóstoles deben también asegurar el propio desarrollo y la adecuada alimentación de su liderazgo, como prioridad en su agenda de trabajo. Él necesita crear espacios para la sanidad del liderazgo que llevarán su fuego y visión a su pleno cumplimiento.
Hoy en día el rol pastoral está centrado alrededor de la gente y sus necesidades, mientras que la unción apostólica conduce al pueblo a estar centrado en el llamado y el propósito de Dios para sus vidas.
Hoy en día el rol pastoral está concebido para amar y alimentar a la gente para que ellos engorden, mientras que la unción apostólica busca entrenar a la gente para ellos puedan marchar sobre sus músculos.
El rol pastoral toma sobre sí mismo la responsabilidad para desarrollar servicios para la gente, mientras que la unción apostólica demanda que los santos desarrollen diversas clases de servicios.
El rol pastoral equipa al líder para actuar como agente de la Gracia de Dios que suple las necesidades de la gente, mientras la unción apostólica equipa a cada creyente para funcionar efectivamente en la obra del ministerio.
El rol pastoral tiene a la congregación como su meta, mientras que la unción apostólica está enfocado en la madurez del creyente.
El rol pastoral asegura a los creyentes en su posición de dignidad en Cristo, mientras que la unción apostólica busca establecer la realidad experiencial de Cristo en los creyentes,
El rol pastoral trata con las necesidades externas de los creyentes, les llevan alivio y un sentido de apoyo, mientras que lo apostólico trata con las necesidades internas, para llevarlos a una llenura profunda y un gran sentido de identidad.
El rol pastoral enfatiza la importancia de un sistema de comportamiento en los santos, mientras que la unción apostólica enfatiza la importancia del sistema de creencia de los santos.
Conceptos sobre PASTOREAR según el Nuevo Testamento:
1. Pastorear significa llevar la pasión del Señor y no la pasión del pueblo.
2. Pastorear es encontrar la raíz de las necesidades del pueblo y no solo sentir las
necesidades.
3. Pastorear significa ayudar al pueblo a que haga lo que tiene, puede o son
capaces de hacerl por ellos mismos.
4. Pastorear significa la habilidad de renovar las mentes de los creyentes en relación
al cambio en su manera de vivir.
5. Pastorear significa llevar un adecuado entrenamiento al pueblo dentro de la
Iglesia más que responder según las crisis que vengan.
6. Pastorear significa afectar cada área del estilo de vida de los creyentes y no sólo
las áreas religiosas de sus vidas.
7. Pastorear significa ayudar a que los creyentes alcancen el pleno cumplimiento de
la palabra de Dios hablada a cada uno de ellos.
RELACIONES ENTRE APÓSTOLES
Un apóstol difiere de otro apóstol como las estrellas difieren de otras en el cielo. Hay varios factores que establecen la diferencia entre un nivel y otro de la unción dada en un apóstol:
El primer factor es el tipo de gracia o unción específica sobre el apóstol.
El segundo factor es el carácter de madurez del apóstol
El tercer factor envuelve la relación personal del apóstol con el Espíritu de Dios.
El cuarto factor es el nivel personal de fe.
El quinto factor es su capacidad en el desarrollo de la Palabra.
El sexto factor es el tipo de experiencia a los que el apóstol es conducido por el Espíritu de Dios.
Y, por último, el séptimo factor es el nivel de santidad en el estilo de vida personal de uno y otro apóstol: La santidad incrementa profundidad al ministerio apostólico; incrementa acceso a los patrones celestiales; incrementa exactitud en la operación de los dones; e incrementa el impacto del ministerio apostólico.
Apóstol: Jonathan David
Madagascar, Africa del Sur
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