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Estructura de la Biblia: "Daniel y el Apocalipsis"

Estructura del libro de Daniel

Título: “Anunciando el establecimiento del Reino de Dios”

Versículo Clave: 7:14 “Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”

1:1 Daniel y compañeros en Babilonia

PRIMEROS ACONTECIMIENTOS, VIDA DE DANIEL:

2:1 Daniel interpreta sueño de Nabucodonosor

3:1 Rescatados del horno de fuego

4:1 La locura de Nabucodonosor

5:1 La escritura en la pared

INTERPRETACIÓN A BELSASAR:

6:1 Daniel en el foso de los leones

EN TIEMPO DE DARÍO

7:1 Visión de las cuatro bestias

PRIMERAS VISIONES:

INTERPRETACIONES DE DANIEL:

8:1 Carnero y el macho cabrío

9:1 Oración de Daniel por su pueblo

POR DESOLACIÓN 70 AÑOS:

10:1 Visión Daniel junto al río

VISIONES

Autor y fecha

Varios versículos indican que el autor es Daniel(8:15, 27; 9:2; 10:2, 7; 12:4, 5), cuyo nombre quiere decir: "Dios es mi juez". Él escribió en primera persona de manera autobiográfica del 7:2 en adelante, y debe ser distinguido de los otros tres Danieles del AT (1 Cr 3:1; Es 8:2; Neh 10:6). Como un joven, posiblemente de unos 15 años de edad, Daniel fue capturado y llevado de su familia noble en Judá y deportado a Babilonia para lavarle el cerebro y hacerlo adoptar la cultura babilónica para la tarea de asistir en tratar con los judíos. En Babilonia pasó el resto de una vida larga (85 años o más). Él atravesó por la mayor parte del exilio, exitosamente exaltando a Dios por su virtud y servicio. Rápidamente emergió a una posición de autoridad en el gobierno por determinación real y sirvió como confidente de reyes y también profeta en dos imperios mundiales, estos son, el Babilonio (2:48) y el Medo-Persa (6:1, 2). Cristo confirmó a Daniel como el autor de este libro (Mt 24:15).

Daniel vivió más allá del tiempo descrito en Daniel 10:1 (536 a.C.). Parece muy probable que escribió el libro poco después de esta fecha pero antes de 530 a.C. Daniel 2:4b-7:28, el cual proféticamente describe la dirección de la historia del mundo gentil, fue original y apropiadamente escrito en arameo, el idioma común de negocios internacionales. Ezequiel, Habacuc, Jeremías y Sofonías fueron los contemporáneos proféticos de Daniel.


Contexto Histórico de Daniel

El libro comienza en el 605 a.C. cuando Babilonia conquistó Jerusalén y llevó a Daniel, sus tres amigos y otros al exilio. Después pasa al derrocamiento final de la supremacía babilónica en el 5339 a.C., cuando Medo-Persia sitia a Babilonia (5:30, 31), y va más allá al 536 a.C. (10:1). Después que Daniel fue transportado a Babilonia, los babilonios victoriosos conquistaron Jerusalén en dos etapas posteriores (597 a.C y 586 a.C.) En ambas ocasiones, deportaron a más judíos cautivos. Daniel recordó fervientemente su hogar, en especial el templo en Jerusalén, casi setenta años después de haber sido llevado lejos de él (6:10).


Se hace referencia al contexto de Daniel en parte por Jeremías, quien nombra a tres de los últimos cinco reyes en Judá antes de la cautividad (Jer 1:1-3); Josías (641-609 a.C.), Joacim (609-597 a.C) y Sedequías (597-586 a.C.). Joacaz (609 a.C.) y Joaquín (598-597 a.C.) no son mencionados. Daniel también lo menciona Ezequiel (14:14, 20; 28:3) como siendo justo y sabio. El escritor de Hebreos hace referencia a él como a uno "...de los profetas; que por fe...taparon bocas de leones" (He 11:32, 33).


El pecado continuo de los de Judea sin arrepentimiento nacional finalmente llevó al juicio de Dios por el cual Jeremías, Habacuc y Sofonías habían dado bastante advertencia. Tiempo atrás, Isaías y otros profetas fieles de Dios también habían tocado la trompeta de peligro. Cuando el poder asirio había descendido para el 625 a.C., los neobabilonios conquistaron: 1) Asiria con su capital Nínive en el 612 a.C.; 2) Egipto en los siguientes años; y 3) Judá en el 605 a.C. cuando tomaron control de Jerusalén en la primavera de tres etapas (también 597 a.C., 586 a.C.). Daniel fue uno de los primeros grupos de deportados, Ezequiel lo siguió en el 597 a.C.


El Israel del reino del norte había caído antes en manos de Asiria en el 722 a.C. Con la cautividad de Judá, el juicio estaba completo. En Babilonia, Daniel recibió la Palabra de Dios con respecto a etapas sucesivas de dominio mundial gentil a lo largo de los siglos hasta que el conquistador más grande, el Mesías, derrocará a todo el señorío gentil. Él entonces derrotará a todos los enemigos y resucitará a su pueblo de pacto a bendición en su reino milenario glorioso.


Estructura y género literario

El libro consta de dos partes bien definidas: 1) 1-6, caracterizada por el género histórico narrativo, y 2) 7-12, donde predomina el género apocalíptico. Esta literatura, se caracteriza por el uso de símbolos, figuras, visiones, énfasis marcado en la escatología, uso de la numerología, etc. Se escribe en tiempos de opresión con el propósito de alentar la fe de los creyentes en Dios.


Además, el libro contiene dos secciones escritas en hebreo (1:1-2:4a y 8:1-12:13) y una, en arameo (2:4b-7:28).


También el libro hace referencia a dos épocas: 1) El exilio babilónico, y 2) el siglo II a.C., básicamente el tiempo de la persecución del pueblo de Dios por parte de Antíoco IV Epífanes.


Retos de Interpretación

  • Los principales retos se centran en interpretar pasajes que tienen que ver con la tribulación futura y promesas del reino. Aunque el uso de Arameo imperial y la arqueología han confirmado la fecha temprana de escritura, algunos intérpretes escépticos, no dispuestos a reconocer profecías sobrenaturales que se cumplieron (hay más de cien tan solo en el capítulo 11 que fueron cumplidas), colocan estos detalles en los tiempos intertestamentarios. Ven estas profecías no como milagrosamente prediciendo el futuro, sino simplemente como las observaciones de un escritor que vivió más tarde, quien está registrando acontecimientos de su propio día. De esta manera, fechan Daniel en los días de Antioco IV Epífanes (175-164 a.C., cap. 8; 11:21-45). De acuerdo con esta posición, la expectativa de la Piedra y del Hijo del Hombre (caps. 2, 7) termino siendo una noción errónea que en realidad no se cumplió, o el escritor estaba siendo intencionalmente engañoso. De hecho, un período futuro de siete años (cp. 7:21, 22; 11:36-45; 12:1) y un reino literal de mil años (cp. Ap.20) después de la segunda venida de Cristo cuando Él reinará sobre israelitas y gentiles (7:27) es enseñado. Esta será una era antes del estado final y distinta a este, absolutamente perfecto y definitivo, esto es, el cielo nuevo y la tierra nueva con su capital, la Nueva Jerusalén (Ap. 21, 22). La interpretación literal de la profecía, incluyendo Daniel, lleva a la perspectiva premilenarista.

  • Muchos otros aspectos de interpretación retan a los lectores:

  1. Interpretar números (1:12, 20; 3:19; 9:24-27)

  2. Identificar al que es semejante a un Hijo de Hombre (7:13, 14)

  3. Determinar si hay que ver al Antioco del pasado o al anticristo del futuro lejano en el 8:19-23

  4. Explicar los "setenta sietes" en el 9:24-27

  5. Decidir si el Antioco del 11:21-35 aún es el mismo del 11:36-45 o si es el anticristo futuro.

Temas históricos y teológicos

  • Daniel fue escrito para alentar a los judíos exiliados al revelar el programa de Dios para ellos, tanto durante como después del tiempo del poder gentil en el mundo. Preeminente sobre cualquier otro tema en el libro es el control soberano de Dios sobres los asuntos de todos los gobernantes y naciones, y su reemplazo final con el verdadero Rey. Los versículos clave son 2:20-22, 44 (cp 2:28, 37; 4:34-35; 6:25-27). Dios no había sufrido derrota al permitirle a Israel caer (Dn 1), sino que providencialmente estaba cumpliendo sus propósitos seguros hacia un despliegue completo de su Rey, el Cristo exaltado. Él soberanamente permitió a los gentiles dominar Israel, esto es, Babilonia (605-539) a.C.), Medo-Persia (539-331 a.C.), Grecia (331-146 a.C.), Roma (146 a.C.-476 d.C.), y hasta el segundo advenimiento de Cristo. Estas etapas en poder gentil son presentadas en los capítulos 2 y 7. Este mismo tema también incluye la experiencia de Israel tanto en derrota como en, finalmente, su bendición del reino en los capítulos 8-12 (cp. 2:35, 45; 7:27). Un aspecto clave dentro del tema principal del control soberano de Dios es la venida del Mesías para gobernar el mundo en gloria sobre todos los hombres (2:35, 45; 7:13, 14, 27). Él es como una piedra en el capítulo 2, y como un hijo de hombre en el capítulo 7. Además, Él es el Ungido (el Mesías) en el capítulo 9:26. El capítulo 9 provee el marco cronológico desde el tiempo de Daniel hasta el reino de Cristo.

  • El segundo tema tejido en la tela de Daniel es el despliegue del poder soberano de Dios a través de milagros. La era de Daniel es una de seis en la Biblia con un gran enfoque en milagros mediante los cuales Dios llevó a cabo sus propósitos. Otros períodos incluyen: 1) la creación y el diluvio (Gn 1-11); 2) los patriarcas y Moisés (Gn 12-Dt); 3) Elías y Eliseo (1 R 19-2 R 13); 4) Jesús y los apóstoles (Evangelios y Hechos); 5) el tiempo del Segundo Advenimiento (Apocalipsis). Dios, quien tiene dominio eterno y capacidad de operar de acuerdo con su voluntad (4:34, 35), es capaz de llevar a cabo milagros, todos los cuales serian despliegues menores de poder de lo que fue exhibido cuando Él actuó como Creador e Génesis 1:1. Daniel narra el relato e interpretación de sueños, por la capacidad que Dios le dio, a través de los cuales Dios reveló su voluntad (caps 2, 4, 7). Otros milagros incluyen: 1) su escritura en la pared y la interpretación por parte de Daniel de esto (cap 5); 2) su protección de los tres hombres en un horno de fuego ardiendo (cap. 3); 3) su provisión de seguridad para Daniel en un foso de leones (cap 6); y 4) profecías sobrenaturales (caps 2 ; 7; 8; 9:24-12:13).

Vista Panorámica de Daniel

Daniel superó grandes obstáculos para alcanzar sus objetivos. A pesar de su nacionalidad, cultura y su fe, llegó a ocupar puestos muy elevados en un gobierno extranjero. Hay mucho que aprender de este incomparable siervo de Dios. El dejó un gran ejemplo sobre cómo vencer las tentaciones. El mundo en los días de Daniel era de cambios continuos, pero Dios le dio un incambiable mensaje de seguridad con respecto al futuro.


Daniel, cuyo nombre significa “Dios es mi juez,” era de cuna noble y real (1:3). Junto con otros de similar trasfondo, él fue llevado al cautiverio siendo un adolescente, durante la primera invasión de Judá por Nabucodonosor en el año 605 a.C. (1:1–2). Los cautivos judíos escogidos como Daniel y sus amigos, eran preparados como “sabios” para el servicio del gobierno.


El ministerio de Daniel en el exilio se extendió a través del cautiverio babilónico y abarcó los reinados de Nabucodonosor (cap. 1–4), Belsasar (5, 7–8), Darío (6, 9, 11) y Ciro (10, 12). Su compromiso personal con el Señor permaneció firme en la cuestión de alimentos (cap. 1), la experiencia en el horno ardiente (3) y en el foso de los leones (6). Dios le concedió extraordinaria sabiduría (Ez 28:3) para interpretar sueños (2, 4) y la escritura milagrosa en la pared (5). A Daniel le fueron confiadas revelaciones especiales del Señor con respecto al curso de la historia (7–11). Por medio de visiones (2 y 7) le fue revelado que la nación de Israel sería controlada por Babilonia (605–539 a.C.), Medo-Persia (539–331 a.C.), Grecia (331–146 a.C.) y Roma (146 a.C - 476 d.C.). A él también le fue revelada la promesa de que el reino venidero del Mesías sobrepasará a todos los imperios humanos y establecerá paz duradera en la tierra (2:35, 45; 7:13–14, 27).


Cuando se vean en tentación y sean atacados en su fe, antes que ceder, los creyentes encuentran estímulo y confortación en la dedicación y ejemplo de Daniel y de sus amigos. Cuando sean tentados a pensar que no hay esperanza en el futuro, este libro da la seguridad acerca del plan venidero de Dios. La fe personal de Daniel en el Señor es mencionada en el Nuevo Testamento. Como uno de los “profetas” (He 11:32), se dice que por la confianza de ellos en Dios “cerraron bocas de leones” (6:22; He 11:33). Su gran fe es un modelo para todos.


Referencias Proféticas

Vemos en las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los leones, una referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran que Dios es un Dios que salva, y quién puede librarlos del horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, Dios ha provisto un escape del fuego del infierno (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a Daniel de la muerte. Jesucristo es nuestra provisión de los peligros del pecado que amenazan con consumirnos. La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien muchos serán limpios y purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro 5:21) por quien nuestros pecados, a través de la sangre, serán lavados y seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).

Importancia en la Biblia

La mayor contribución teológica de Daniel surge de su naturaleza como profecía apocalíptica. Altamente simbólica en sus expresiones, la profecía de Daniel estuvo dirigida a lo que era el futuro cercano del profeta, pero aún hoy día contiene un mensaje para el futuro.


En la profecía apocalíptica, el futuro inmediato y el muy posterior a menudo parecen fundirse en uno. Un ejemplo de esto es la figura de Antíoco Epífanes, prominente en los capítulos 8 y 11 del libro. En estos pasajes vemos al personaje que profana el templo en el 168 a.C. actuando como el anticristo de los postreros días ( 8.23–26 ; 11.36–45 ; Ap 13.1–10 ). Estos saltos del futuro cercano al distante han confundido a muchos, pues hacen difícil interpretar correctamente el libro.


La narración de Daniel llega a su clímax en la visión de 10.1–12.4 . Ahí se ve claramente que Daniel trata uno de los problemas más agudos de la experiencia humana: qué significa vivir la fe bajo la opresión de un gobierno tiránico. Y el camino que Daniel parece recomendar está bien resumido en las palabras: «el pueblo que conoce a su Dios

se esforzará y actuará» ( 11.32 ).


La base de todo en el libro es el conocimiento de Dios (su carácter y su voluntad), verdadero, profundo y creciente. Se puede ver esto en toda la experiencia personal de Daniel. La idea determinante es que Dios es soberano sobre toda la historia. Las visiones de los reinos del mundo (caps. 2 ; 7 ; 8 ; 10–12 ) revelan que Dios sí tiene un plan y que su voluntad se cumplirá. El creyente puede confiar en Dios, a pesar de las circunstancias. Daniel muestra una actitud consecuente en cuanto al compromiso con Dios. No importa cuán excepcional sea el poder humano que impere, el creyente orienta su vida hacia el camino de Dios ( 1.8–21 ; 3.1–30 ; 6.1–28 ).


En Daniel se encuentra la figura del → « HIJO DEL HOMBRE » ( 7.13 , 18 ), término que llegó a ser el título propio de Jesús. También en Daniel se nos presenta la explicación más detallada de la esperanza de resurrección en el Antiguo Testamento ( 12.2 ).Uno de los asuntos más llamativos del libro es la respuesta de Dios a las oraciones del siervo fiel. En ocasiones Dios manifiesta su poder mediante la aparición de seres celestiales ( 9.20–23 ). El libro de Daniel proporciona el marco estructural para el libro de Apocalipsis, y es en Apocalipsis donde el contenido de la última semana profética ( 9.27 ) se desarrolla.






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